Descripción de la obra
Este libro, bella y abundantemente ilustrado, presenta una exhaustiva investigación del contexto social e histórico en el que ha evolucionado la ópera, tarea realizada por los mejores especialistas británicos y norteamericanos bajo la coordinación del profesor Roger Parlcer. El grueso del texto lo constituye un repaso cronológico del género lírico, desde sus inicios en Florencia, hace cuatrocientos años, hasta la acaialidad, a las puertas del año 2000. Y en este sentido el siglo XIX, por supuesto, es aquel que recibe mayor atención, puesto que fue la época en la que se compusieron la mayoría de las áperas más representadas hoy en día. De todos modos, tampoco faltan capítulos sobre la historia de la representación operística, así como sobre los cantantes y sobre la evolución de la propia ópera extendida como acontecimiento social a lo largo de los siglos, todo ello coronado por una minuciosa cronología.
El volumen, así, analiza el trabajo de los compositores más importantes e incluso debate ampliamente el sentido de sus distintas obras, de manera que acaba centrando principalmente su interés no tanto en la descripción histórica como en el estudio del complejo desarrollo del modelo operístico, especialmente en su relación con las demás artes y respecto al lugar que ocupa en el vasto universo de la cultura y la política.
Las numerosas ilustraciones -cerca de trescientas, unas treinta de las cuales son en color- sirven al propósito de subrayar la ya de por sí riquísima naturaleza visual de la ópera, sobre todo en lo que se refiere al gran poder comunicativo de los decorados y el vestuario, y cómo no, al siempre original modo en que tan deslumbrante espectáculo suele reflejar las preocupaciones culturales de su época. De esta manera, más que limitarse a ilustrar el texto, lo que hacen es actuar como una especie de historia paralela que complementa y enriquece la narración escrita.
Todos los colaboradores de esta edición, en fin, son los mayores expertos existentes en sus respectivas áreas, pero, lejos de resultar en árida erudición, el modo en que exponen todos esos conocimientos los convierte en los profesionales más adecuados a la hora de transmitir al lector la cualidad básica de la ópera: no sólo los misteriosos mecanismos que utiliza para apelar de igual modo al intelecto y a los sentidos, sino, sobre todo, su fascinante e inagotable poder para conmovernos y sorprendernos en todo momento.