Descripción de la obra
Cuando John Cheever murió, dejó tras de sí veintinueve cuadernos
de notas que empezó a escribir en los años cuarenta y continuó durante más de tres decenios. Su compromiso cotidiano con estos diarios fue algo central en su vida, como elemento de trabajo y como refugio. Vivo en el presente -escribió-, el presente me da mi sustancia, mi esencia,
el núcleo de mi utilidad.
Pero tal como se revela en este libro, la esencia de Cheever fue, en realidad, un muestrario de ambigüedades, una masa de emociones que lo arrastraban en direcciones diferentes. Quería a su familia, pero se sentía extremadamente solo; se odiaba por su afición a la bebida, pero durante gran parte de su vida dependió de ella; amaba a las mujeres, pero también a los hombres. La incongruencia entre sus impulsos eróticos y el conformismo social significaba, por un lado, una desviación que él consideraba parte de la riqueza de la vida y, por otro, una contradicción que amenazaba con destruirlo. ESTOS DIARIOS SON ALGO MÁS QUE EL CONMOVEDOR AUTORRETRATO DE UN ARTISTA DEL SIGLO XX. LEER ESTE LIBRO ES INTRODUCIRNOS EN LA ÍNTIMA SINCERIDAD DE SUS PALABRAS, EN LA ANGUSTIA DE UN CREADOR ATORMENTADO POR LA FRAGILIDAD DE SU TALENTO, EN LA AFANOSA BÚSQUEDA DE UN ATISBO DE CLARIDAD EN EL CONFUSO TORBELLINO DE SU VIDA.