Descripción de la obra
Con una prosa a ratos escuetamente notarial, o más bien de rango jurídico, a ratos preñada de un humor cáustico, directo y de seguro efecto, una prosa documentada, veraz e implacable -el autor prefiere calificarla de cruel-, el abogado Josep Maria Loperena levanta el telón de la ciudad -lo había hecho también en el teatro- y ofrece la crónica impagable de un tiempo y un país y unas gentes que vivían inmersos en una fraudulenta ensoñación, pillados entre una especie de interminable juicio sumarísimo -se vivía una dictadura que no se andaba con hostias- y una tragicómica realidad de precarias libertades y disparates diversos.
Se trata de una crónica construida con materiales de juzgados y autos de procesamiento, con recuerdos de familia y de la infancia, con luces teatrales y figuras señeras de la farándula -y no tan señeras-, de la milicia, de la literatura, del cine, y del periodismo. No son propiamente unas memorias, el autor no pretende narrar al hilo de una memoria biográfica, sino al albur, mucho más estimulante y eficaz, de una memoria fraccionada inteligentemente, selectiva. Hay de todo, y todo resulta ilustrativo y divertido.
Lean el episodio titulado "Me cago en el Caudillo y en su puta madre", se troncharán de risa con las insólitas aventuras del actor Fernado Cobos, El Bululú del siglo XX, juzgado y condenado por insultos al Generalísimo. Asistan a la vista del siguiente juicio oral, en el que un marido presuntamente cornudo y extorsionista es absuelto y comprenderán, junto con el autor letrado, en aquella época muy joven, por qué "casi siempre los pleitos se ganan aun perdiendo los juicios". En el apartado dedicado a los intelectuales, son de sumo interés las estupideces que dice don Pedro Laín Entralgo con motivo del estreno teatral de una de sus empanadas mentales. Testimonial e hilarante. En fin, un libro singular, interesante, revelador y divertido.