Descripción de la obra
Mishke tiene siete años cuando sus padres son deportados a un campo de concentración. Ella decide ir a buscarlos, pero sólo sabe que los alemanes se los llevaron al Este. Con una minúscula brújula, regalo de su abuelo, y algunas provisiones emprenderá un durísimo viaje a pie a través de Bélgica, Alemania, Polonia (adentrándose nada menos que en el gueto de Varsovia), Ucrania, Yugoslavia, llegando luego en barco a Italia, para regresar, una vez finalizada la guerra, a Bruselas.
Durante cinco años, la pequeña vaga sola esquivando a los humanos, acercándose a las ciudades únicamente para robar comida, pero sobreviviendo con lo que le ofrecen los bosques: frutas, bayas, agua de río, pero también carroña, corteza de árbol, tierra, hojas, raíces. El frío es insoportable, el hambre, atroz, tiene heridas... Una loba solitaria la trata como a una hija, le da calor, afecto, le trae restos de los animales. Pero un cazador convierte a Mishke en huérfana de nuevo. Más adelante, conocerá a otros lobos, una manada que la protege y la cuida. Una joven loba le da de comer igual que a sus lobeznos, regurgitando la carne en su boca.
El fuerte deseo de ver a su madre, los animales y la naturaleza la salvan de la barbarie humana, que no puede soportar: bombardeos, fusilamientos, enfermedad, violación, dolor, muerte. Ahora, la niña tiene casi setenta años y recuerda una aventura única que la ha transformado.
