Descripción de la obra
Lo que estos pintores y escultores españoles unidos en grupo desde hace varios años por rasgos y sentimientos comunes hacen hoy al reunir sus obras en una Exposición Hispano Americana no es más que adoptar aquella misma actitud de independencia de espíritu que consiste, en resumen, en alejarse de España para poder mantenerse fiel a su esencia, tanto a la de su pasado como a la de su disputado porvenir (...)
No son por lo tanto esta pintura y esta escultura arte desterrado, arte que rompió su contacto con la savia profunda de la patria; son, sí arte de exilio. Desterrado no, porque fuera de España el artista allí nacido hace del recuerdo diario de ella, del revivir su pasado y del soñar su futuro, tarea permanente del alma. Contemplando en 0allauris esas pinturas picassianas que tendrán que pasar, llegado el momento, a ocupar un sitio de honor en el Museo del Prado al lado de lo mejor español, lo que salta a los ojos y araña y acuna a la vez el corazón es la pasión, la gravedad y la fuerza españolas que rigen esa pintura. Esa misma sensación de reencuentro con Fspaña espera al visitante de los talleres de pintores y escultores españoles de París.
Fsta inquebrantable fidelidad, casi inconsciente de entrañable que es, no será en su día el mérito menor de este arte exilado (..) Como sucede con los poetas españoles dispersos hoy por el mundo Alberti, León Felipe, Cernuda, etc.-, los pintores han insistido en el recuerdo de la patria con una constancia tal que hace de ese recuerdo no sólo tema permanente de sus obras sino también razón de sus vidas. Yesto tal vez sin que muchos se den cuenta de ello, sujetos como están, ciegamente, a su destino español.