Descripción de la obra
Antes de seguir adelante, amigo lector, amiga lectora, debes saber algo: tu vida no va a ser mejor después de leer este libro. Tampoco tú vas a ser mejor persona. Conviene aclararlo, por que hay quien confía encontrar en los libros una solución para cada cosa. No se les puede pedir tanto. Tampoco ellos nos piden tanto a nosotros: nos van á obligar, eso sí, a mantener durante cier to tiempo la vista pegada a un papel, cuando sería más agradable quedarse mirando, por ejemplo, un rostro humano. El libro no nos pide que tengamos estudios ni que seamos lectores experimentados: lectores de tres mil libros, pongamos. Al libro no le importa quiénes seamos nosotros, basta con que nos asomemos a él con los ojos abiertos.
Seguramente dirás, amigo lector, amiga lec tora: sé que el libro no cambiará mi vida, y sé que no me va a convertir en mejor persona, pero no importa, sólo quiero pasar un buen rato. Entonces debes saber algo: aunque el libro nos obligue a prestarle atención, también va empujando nuestra mirada hacia sus márgenes para enseñarnos que fuera de ellos hay todo un mundo del que forma mos parte y que nos reclama. Bien está recordar lo. A menudo sucede que un libro nos lleva a otro libro, y éste a otro más, y así sucesivamente.
Cada libro contiene muchos libros, y cada nuevo libro nos obliga a mirar un nuevo paisaje. Ahora bien, ¿la lectura de diez, de ciento sesenta, de doscientos mil libros, nos cambiará la vida, nos hará mejores? No, amigo lector, amiga lectora, no hay que pensar en eso. De la lectura de muchos o pocos libros sólo cabe concluir que hubo un primero y que necesariamente habrá uno último. Uno que se nos cerrará de golpe entre las manos.