Descripción de la obra
En la década de los cincuenta, mientras recorre la Polonia profunda con más pena que gloria, de aldea en aldea, de villorrio en villorrio, en un carro de adrales o en un autobús desvencijado , un Kapuscirískí aprendiz de reportero vive obsesionado con la idea de cruzar la frontera. Fracasa en su aspiración de viajar a la vecina Checoslovaquia, pero, a cambio, la redacción del diario en el que trabaja lo envía a... la India. El flamante corresponsal parte con el único bagaje de lo que es (un joven provincia no vestido a la moda Pacto de
Varsovia, año 1956 ) y un libro, la Historia de Heródoto (regalo de la redactora jefe),
que, compañero inseparable desde entonces, resultará decisivo para la formación (profesional y personal) del futuro autor de obras tan diferentes entre sí y a la vez tan inconfundiblemente kapuscirískianas como El Emperador, El Sha y La guerra del fútbol, El Imperio y Ebano, Un día más con vida y Lapidarium IV. Escrito desde la perspectiva de medio siglo, Viajes con Heródoto se revela como un libro de difícil (por no decir imposible) clasificación. ¿Es un reportaje? A ratos. (Hace tiempo que los teóricos de la literatura han rechazado este marco para encuadrar la obra de Kapusciríski; algunos sostienen incluso que ésta constituye un género literario nuevo.) ¿Un estudio etnográfico-antropológico? En parte sí. ¿Un libro de viajes? También lo es. (Viajes en el espacio y en el tiempo: por el mundo de la Antigüedad y por el del siglo XX.) ¿Un homenaje al Heródoto protorreportero y a la calidad de su prosa? Desde luego. ¿Una reivindicación del primer globalista , descubridor de algo tan fundamental como que los mundos son muchos y que cada uno es único e importante. Y que hay que conocerlos porque sus respectivas culturas no son sino espejos en los que vemos reflejada la nuestra ? Sin duda alguna.
Y todo esto, plasmado en magníficas historias no ficticias -grandes y pequeñas, trágicas y divertidas- en las que los soldados de Salamina conviven con un niño sin zapatos en la Varsovia de 1942, los defensores de las Termópilas de Leónidas con los pescadores del Bodrum-Halicarnaso del año 2003, Jerjes con Dostoievski, Creso con Louis Armstrong, etcétera. Y, sobre todo, el maestro Heródoto con su discípulo Kapuscínski.