Descripción de la obra
La pintura flamenca del siglo XV representó la culminación de un proceso que había empezado a gestarse muchos siglos antes; un proceso por el que deja de ser cierto aquello de que
el mundo y los hombres sólo existen porque Dios los mira . A partir de entonces, la mirada del hombre adquiere una relevancia capital. La labor que realiza el prestigioso historiador de las ideas Tzvetan Todorov en Elogio del individuo es casi tan minuciosa como la de los propios maestros flamencos cuya obra somete a examen. Desde la génesis del retrato en la Edad Antigua y las modificaciones que éste sufrió a raíz de la expansión del cristianismo, Todorov traza una historia que no siempre es lineal, pero que a lo largo de los siglos ha ido conduciendo inexorablemente a una revolución en la concepción del individuo. Una historia que alcanzó su punto álgido en la pintura flamenca del siglo XV, cuyos maestros pioneros supieron otorgar al individuo un lugar completamente nuevo. Así, con la pintura flamenca el mundo
y la mirada sobre éste adquirieron una cualidad que siempre les había sido negada. Apoyándose en las imágenes que ilustran su prolijo examen, Todorov describe una revolución ontológica
en virtud de la cual los objetos de la realidad adquirieron validez por sí mismos, y en que la existencia legítima, que era privilegio de
lo sagrado, se extendió al ámbito de lo terrenal y lo profano. En su calidad de humanista crítico, Todorov analiza con detalle esta modificación de la mirada occidental; reflejada en una evolución que dejaría su impronta indeleble
en toda la historia del arte hasta el siglo XXI.