Descripción de la obra
En las escuelas e institutos de hoy en día, el éxito académico es un accidente indeseable y el fracaso, un noble consuelo. No en vano, la corriente pedagógica que gobierna la enseñanza decretó, tiempo ha, que la ausencia de triunfadores convertía a todos los alumnos en laureados al por mayor, en ínfimos ganadores de una carrera sin obstáculos ni asignaturas pendientes. A rebufo de esta escuálida filosofía, la antigua primacía del saber ha entrado en barrena: lo importante ya no es obtener una sólida formación cultural, sino entretenerse hasta la náusea.
El filólogo y periodista Xavier Pericay se rebela contra ese mundo feliz en que el igualitarismo ha relegado al afán de superación, y la relamida tolerancia, al principio de autoridad. Valiéndose de su fina y templada ironía, el autor no sólo traza un certero diagnóstico de los males de la educación, sino que también señala a los respetabilísimos culpables del desafuero.
Sus artículos desnudan el ideario progre y ahondan, con raro atrevimiento, en el oasis catalán. A Pericay le asisten portentosas razones para encararse con Cataluña. La principal, no obstante, es que ha sido precisamente en esta comunidad autónoma donde la concordia entre la izquierda y el nacionalismo ha auspiciado un descalabro mayor; donde el monocultivo lingüístico y la falacia buenista han asentado, con singular eficacia, el prestigio de lo trivial.