Descripción de la obra
Dos cosas hicieron al hombre: cocinar y contar cuentos; por eso la cocina está llena de literatura y los libros llenos de fogones. De regreso de África, Isak Dinesen se ganó el sustento con relatos culinarios; entretanto, Proust no sólo evocaba magdalenas, sino ensaladas de piña con trufas y vinagreta. Pero mucho antes, Rabelais fundó su genio sobre asados tan memorables que aún resuenan en las páginas de Cunqueiro, Vázquez Montalbán, Tabucchi e tutti quanti. Estructuralmente escribir es cocinar, ambos oficios requieren imaginación, paciencia y, desde luego, buen gusto.
Tenía que ser en París, ciudad no menos gastronómica que literaria, donde se oficializara el encuentro de la tinta china con la del calamar.
En los quais del Sena hay tantos bouquinistes como bistrots, tantos versos sueltos como recetas fáusticas. Alberto Herráiz, alma del Fogón Saint Julien, ha auspiciado el concurso de literatura culinaria que lleva el nombre de su casa. En el jurado han estado cocineros y escritores como Ferran Adrià o Vázquez Montalbán, Arzak o Ramón Chao. Esta edición recoge los relatos ganadores de los tres cuadernos publicados por la editorial Zendrera Zariquiey y también una amplia selección de finalistas. Juntos componen un delicioso festín de fábulas en las que lo amargo, lo ácido, lo dulce y lo salado conciertan notas de diferente sabor en acordes felices para el alma y el cuerpo. No sólo de pan vive el hombre, también de cuentos como éstos en los que las especias se entrelazan con las metáforas. Bon appétit.