Descripción de la obra
En claro contraste con lo que parece el destino de otros pensadores modernos, Spinoza no hace sino ganar actualidad y pertinencia con el paso del tiempo, tal como reivindican un buen número de autores contemporáneos, no sólo desde el campo filosófico, como Deleuze o Compte-Sponville, sino también desde el científico, como Damasio, o incluso desde el literario, como Borges. Es muy probable que debamos reconocer en ello, de modo más general, la recuperación de algunos de los grandes temas del Barroco, como por ejemplo el punto de vista y la perspectiva, una preocupación que no sólo aproxima su obra a la de algunos de sus contemporáneos, como Leibniz, sino también a autores más tardíos, como Nietzsche y, en fin, a nosotros.
Alain propone en este libro un interesante experimento filosófico: se trata de presentar el pensamiento de Spinoza desde la perspectiva del propio Spinoza. Así, el autor nos ahorra todos los Spinoza dice y Spinoza piensa para adoptar directamente la voz del filósofo y defender en primera persona sus tesis. Nada podía ser más spinoziano, dado el lugar central y tan contemporáneo, como se ha advertido que ocupan las cuestiones de perspectiva en el pensamiento de este filósofo. Ni tan necesario, deberíamos añadir, dada la dificultad del lector contemporáneo de acceder a un autor que construyó su obra más importante, la Ética, a partir de axiomas y deducciones de inspiración euclidiana.
El experimento de impersonación filosófica a cargo de Alain resulta aún más inusual si tenemos en cuenta que el filósofo francés reconoce abiertamente su distancia teórica con Spinoza desde el encabezamiento mismo del libro. Quien quiera leer lo que piensa Alain, esta vez desde la perspectiva del propio Alain, encontrará al final del libro una selección de artículos breves sus célebres propos acerca de Spinoza y el spinozismo, escritos con el estilo inspirador y personal de Alain. No por casualidad Borges consideró el libro de Alain como lo mejor que había leído sobre Spinoza.