Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos, estadísticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Si deseas más información puedes obtenerla haciendo clic en nuestra Política de Cookies. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar” o personalizar tu elección haciendo clic en CONFIGURAR O RECHAZAR SU USO.


Portada de Encierro, el

Encierro, el "San Fermín"


Autor: SINUÉS DEL VAL, MARIANO.

Editorial: Editorial Everest, S.A.

Colección: Recuerda

Idioma: Castellano

Estado: Consultar disponibilidad

Precio: 8.50€


ISBN: 978-84-441-3037-8

Edición nº 1

Año: Jun 2008

Nº de páginas: 64

Encuadernación: Rústica / Tapa Blanda

Dimensiones: 20 x 26 cm

Descripción de la obra


El Encierro viene a ser la perpetuación como espectáculo de una actividad cotidiana, el traslado a pie de las reses desde ganaderías a corrales de los extrarradios, y, desde allí, al interior de las ciudades. Las primeras noticias de actividad taurina en Pamplona datan del s. XIV.
Las primeras noticias relativamente fiables sobre el encierro se remontan a los inicios del s. XVIII. La manada entraba al galope arropada por los cabestros. Les precedía un caballista, el teniente de justicia o el Abanderado de San Fermín. Detrás iban los pastores. El recorrido en esa época era parecido al actual, pero a lo largo de los años ha ido variando así como también el horario del inicio.
El desarrollo del Encierro responde a la orografía del recorrido y sus curvas, a las zonas de mayor acumulación de corredores y al comportamiento de los astados. Los toros, frescos y recién salidos de los corrales, llegan con mucha fuerza a la cuesta de Santo Domingo. Ayudados por la pendiente, los morlacos van tan rápido que atropellan casi a los corredores, que realizan carreras muy cortas y ajustadas.
La manada se agrupa un poco a su paso por la Plaza del Ayuntamiento, donde poca gente corre hacia el complicado estrechamiento del inicio de la calle Mercaderes, una leve curva a la izquierda en la que se entra con el sol en los ojos y los toros lanzados. Los toros siguen acelerando al llegar a la Plaza de Mercaderes, sin mucho campo visual.
Una vez en Estafeta, encabezados generalmente por los cabestros y azuzados por los pastores, los astados reinician la carrera con la manada disgregada o estirada. En el primer tramo de esa calle, ascendente, los toros se arriman primero a la pared izquierda, mientras se reagrupan. Se contemplan carreras bonitas. La manada, poco antes del cruce con la Bajada de Javier, se va centrando en la calle. En el segundo tramo de la calle se estira, favoreciendo buenas carreras. Lo mismo podemos decir del tramo de Telefónica. Se vuelve a complicar el encierro en el hacia el estrecho callejón de acceso a la plaza, lugar de históricos montones por la caída de corredores. En el coso la carrera se desorganiza, los bureles (siempre que no sean distraídos o vayan sueltos) siguen a los cabestros o son orientados por los dobladores hacia los corrales.

Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte» y «Financiado por la Unión Europea-Next Generation EU