Descripción de la obra
Última entrega de la ingente obra diarística de Andrés Trapiello reunida bajo el nombre genérico de Salón de pasos perdidos.
Una novela en marcha. Non è vero , pensaron muchos.
Un siglo después tuvo lugar una escena parecida entre otro pintor no menos silencioso y el papa Inocencio X.
También Velázquez pintaba el retrato de uno de los dignatarios más poderosos de su tiempo.
Al mostrárselo ya acabado, parece que el papa, un hombre viejo y de expresión adusta, dijo con tanta admiración como fatalidad y tristeza: Troppo vero .
De ninguna de las dos historias hay constancia documentada, pero ambas se tienen por verdaderas desde los días remotos en que empezaron a circular.
La de Tiziano es una leyenda que ha pasado a ser verdad, es decir, un invento historiográfico, pero que tiene sentido, y la de Velázquez una verdad que ha pasado a ser leyenda. No obstante, deben su fortuna al principio de verosimilitud: aunque no hubiesen sido verdaderas, resultarían, conociendo la personalidad de los protagonistas, muy convincentes, haciendo bueno una vez más el dicho: se non è vero, è ben trovato. Notemos que en ambas escenas los dos artistas, que gozaron de plena libertad mientras trabajaban, no necesitaron añadir nada a las palabras de sus señores.
Una buena parte de los episodios íntimos o públicos que se narran en este libro parecen avenirse al demasiado verdadero , en lo que tienen de calco, claro, no de canon; sobre otros, sin embargo, gravitará el no puede ser verdad o el no es posible , como si fuesen hijos sólo de la imaginación.
O sea, troppo vero, ma non troppo, podríamos decir.
En unos y en otros parece latir, sin embargo, el único impulso de llegar a ser reales, que es, hoy por hoy, el modo también más discreto y silencioso de servir a la realidad sin dejar de ser libres ni verdaderos, como esas dos historias que corren por el mundo desde hace siglos sin que nadie tampoco las haya puesto en duda.