Descripción de la obra
En Pirineos, tristes montes, como si de un coro del teatro clásico se tratara, suenan distintas voces: la de dos truferos que compiten por el preciado hongo subterráneo, la de los solterones a quienes les han espantado las novias sus respectivas madres o la de las mujeres que dejaron la aldea para buscar un futuro mejor en Barcelona y en Francia.
Severino Pallaruelo nos presenta unos Pirineos nada idílicos: hay embarazos que son motivo de escarnio, rencillas entre vecinos, tedio, soledad, maletas infantiles de cartón y una Guerra Civil que no hace sino sumar odio e irracionalidad a las historias.
En esta tierra dura, donde hasta transportar un cadáver es una difícil tarea y donde los habitantes son supervivientes, a veces se cuela, como de rondón, el humor, la ternura y el deseo de un mundo mejor.
Como los cuentos narrados alrededor de la lumbre-estilo directo y coloquial- en Pirineos, tristes montes nos parece estar escuchando las voces de un mundo cercano y -a la vez- olvidado: unas voces valientes y necesarias.