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Memorias de Francisco Puente Falagán "Primer Alcalde Democrático de Ponferrada (Ii República Española)"


Autor: PUENTE FALAGAN, FRANCISCO.

Editorial: Ediciones Del Lobo Sapiens

Idioma: Castellano

Estado: Disponible

Precio: 20.00€


ISBN: 978-84-92438-74-7

Edición nº 1

Año: Oct 2012

Encuadernación: Rústica / Tapa Blanda

Dimensiones: 17 x 24 cm

Descripción de la obra


Francisco Puente Falagán nació en San Román de Bembibre (León), el veintiséis de noviembre de 1897, y falleció en Ponferrada el día 12 de setiembre de 1973. Pueden parecer solo fechas, frías y neutras, pero su significado real va mucho más allá de la simple cronología en la que se encuadra la existencia de cada ser humano. La primera fecha nos indica que Francisco Puente nació en una España muy atrasada respecto al resto de Europa, tanto social como económicamente, con una población rural en su mayoría, escasamente formada y reducida a unas condiciones de vida a menudo demasiado precarias. Una España que en breve iba a vivir el desmantelamiento del sistema colonial, la progresiva consolidación del capitalismo en un Estado liberal y la imparable aparición de nuevas fuerzas sociales (clase media, obreros) cuyas necesidades chocarán con los intereses de las clases que perviven del Antiguo Régimen y con la oligarquía dominante. En cuanto a la segunda, nos induce a reflexionar sobre el hecho de que, después de tantos años dedicados a luchar por los derechos civiles, Francisco Puente Falagán falleciera sin haber podido conocer el fin de la larga dictadura y el restablecimiento del Estado democrático en España. Y entre estas dos fechas, una vida, pero no íntima y callada, sino muy intensa, solidaria y entregada a una causa que él consideró el motor esencial de su identidad, al menos durante el periodo en el que su trabajo se centró plenamente en la acción política. Francisco Puente Falagán fue el primer alcalde de Ponferrada durante la Segunda República. Se hizo cargo de la alcaldía de forma provisional el 14 de abril de 1931, y pasó a ser proclamado por unanimidad alcalde efectivo tras las elecciones municipales celebradas en mayo del mismo año. Permaneció al frente de la alcaldía hasta abril de 1932, fecha en la que fue inhabilitado para el cargo, víctima de falsas acusaciones de las que luego resultó absuelto por la Justicia. Durante su breve mandato, realizó importantes mejoras en la ciudad y trató de sanear la hacienda municipal y de acabar con los desmanes urbanísticos, aun a costa de enfrentarse a importantes grupos de poder que finalmente lograron apartarle de la alcaldía. Anteriormente, había sido el fundador de las primeras organizaciones obreras de la comarca, así como de la primera Agrupación Socialista del Bierzo. Es decir, no fue solo testigo, sino protagonista de un periodo histórico decisivo. Afiliado al Partido Socialista y a la Unión General de Trabajadores, durante años escribió en el periódico El Socialista una crónica local titulada Notas del Bierzo . Preocupado siempre por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, recorrió las comarcas del Bierzo y Laciana para impulsar la creación de asociaciones obreras. Fue delegado de la Caja Provincial Leonesa de Previsión para los partidos judiciales de Ponferrada, Villafranca del Bierzo y Murias de Paredes. Estos son algunos de los acontecimientos que Francisco Puente relata con todo detalle en estas Memorias, que al fin podrán ser leídas por el público, tal y como fue siempre su voluntad.
Sin embargo, quizá lo más importante de esta historia no sean tanto los hechos narrados, como el retrato humano que de ellos se desprende. Francisco Puente Falagán era un hombre íntegro y desinteresado, con un sentido de la justicia poco común, que encontró en la ideología socialista los principios que debían regir una sociedad capaz de hacer frente a las desigualdades y los abusos. Autodidacta, su curiosidad y su inquietud cultural le llevaron a completar una amplia formación, especialmente en temas políticos y sociales. Su único deseo fue contribuir al bien colectivo, y lo hizo en la medida en que pudo; pero su inquebrantable rectitud le llevó a tropezar inevitablemente con todos cuantos temían perder los ilícitos privilegios que conservaban de tiempos pasados. En aquella Ponferrada que crecía impulsada por la minería del carbón, y en la que el gobierno municipal estaba sometido a los intereses económicos de unos pocos, Francisco Puente Falagán actuó con la intransigencia que su honradez le dictaba, y esto fue lo que sentenció su carrera política.
A pesar de que las circunstancias históricas son esenciales a la hora de entender cualquier suceso, creo que la peripecia política de Francisco Puente Falagán no ha perdido un ápice de actualidad. Los ingredientes que la marcaron (traición, venganza, ambición) han estado y por desgracia siguen estando bien presentes en la vida política de este país. ¿Era utópica su visión de la política? No, era correcta y honrada, por mucho que esta honradez se viera frustrada por la codicia de los parásitos que siempre brujulean en torno al poder.
Por otra parte, cabe señalar que lo ocurrido en este caso en el Ayuntamiento de Ponferrada no fue un hecho aislado, sino una muestra de lo que sucedió en otros muchos ayuntamientos de España, y una clara manifestación del lastre con que nació la República, ya que sobre ella recayeron los problemas que venían del pasado y los creados por quienes, desposeídos del poder político, temieron verse privados también del poder económico. En las elecciones de 1931 se impusieron ampliamente las candidaturas de la conjunción republicano-socialista, pero esta conjunción no era en absoluto estable. Los partidos y las clases que accedían al poder tenían la mayoría, pero no la hegemonía ni la cohesión ideológica. El viejo bloque había perdido el ejercicio del control político, pero seguía siendo el bloque económico dominante, con una concepción de Antiguo Régimen. El único partido sólido y estructurado de la izquierda era el Partido Socialista. Entre los republicanos había varios partidos, algunos de reciente creación, sin uniformidad ideológica, con elementos de tipo conservador y burgués y a los que acudieron numerosos individuos que anteriormente habían apoyado a la monarquía, y que secretamente defendían intereses económicos y de clase. En numerosas ciudades, las reformas planteadas por los socialistas amenazaban estos intereses, de manera que fueron corrientes las maniobras para arrebatarles el poder a toda costa.

Quien escribe su autobiografía lo hace en parte para justificar las acciones o ideas que ha mantenido durante su vida; para salir al paso de calumnias o mentiras; para exponer la verdad, en definitiva. También opera con fuerza el deseo de dar testimonio de todo aquello que se ha conocido, y el de encontrar el sentido de la propia existencia; hallar un orden, una unidad que verifique la validez del pasado. Este último es uno de los grandes impulsos de todo autobiógrafo: la necesidad de saber que la vida ha tenido un sentido, una dirección estable urdida con hilos invisibles; que no ha sido una sucesión caótica de sucesos incontrolados. Todos estos móviles están presentes en las Memorias de Francisco Puente Falagán, escritas en la década de los sesenta, cuando el autor estaba completamente ciego, víctima de una enfermedad que le había privado de la vista cuando apenas tenía cuarenta años. Fueron su hija y en ocasiones sus nietos quienes se encargaron de transcribir a máquina los recuerdos que él iba hilvanando. También escribió poemas y varios artículos que publicó en el Semanario AQUIANA, de Ponferrada.
Para la edición de estas Memorias, he seguido fielmente el texto que se conserva en los documentos mecanografiados. También he realizado una corrección de estilo, procurando en todo momento mantener la voz del autor por encima de las modificaciones introducidas. Algunos capítulos son el producto de cotejar distintas versiones del mismo tema, ya que con frecuencia el autor ampliaba o rehacía lo tratado. No obstante, en cuanto al título de cada capítulo, se ha mantenido aquel que el autor le dio. Como apreciará el lector, el texto conservado se interrumpe abruptamente, y no alcanza más que hasta los meses previos al estallido de la guerra civil. Acaso nunca sabremos si Francisco Puente Falagán escribió más capítulos de su obra, perdidos en el transcurso de los años, o si nunca llegó a concluir su trabajo. Lo que sí sabemos es que su intención en todo momento fue que este texto llegara a los lectores, deseo que finalmente se verá cumplido, aunque hayan tenido que pasar casi cuatro décadas desde su fallecimiento.
Demasiado a menudo Ponferrada olvida a los protagonistas de su historia; demasiado a menudo la propia Historia resulta ingrata y cicatera en el recuerdo. Durante mucho tiempo, el nombre de Francisco Puente Falagán permaneció en el olvido. Paradójicamente, fue un gobierno del Partido Popular quien publicó una biografía de Francisco Puente Falagán en el año 2008, dentro de la colección Vidas del Centenario, editada por la fundación municipal Pedro Álvarez Osorio, a quien debemos agradecer este reconocimiento. Anteriormente, durante todos los años en los que el Partido Socialista estuvo al frente de la alcaldía de Ponferrada, nadie se interesó por recordar a quien había sido no solo su compañero, sino su más digno representante en un contexto de indudable relevancia histórica.
Sirva esta edición de las Memorias de Francisco Puente Falagán como merecido homenaje a un hombre que contribuyó al desarrollo tanto de su ciudad como de toda la comarca del Bierzo, que dignificó el ejercicio de la política y cuya vida estuvo siempre encaminada a defender la democracia y la libertad.

Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte» y «Financiado por la Unión Europea-Next Generation EU