Descripción de la obra
Tenemos miedo a no estar lo bastante alineados, no ser lo bastante obedientes, lo bastante serviles, y ser excomulgados, condenados al exilio moral con el que las democracias débiles y perezosas chantajean a los ciudadanos. Miedo, en una palabra, a ser libres. A arriesgarse, a tener valor . Oriana Fallaci pronunció estas palabras en 2005, cuando decidió ejercer su derecho al odio . Sus reflexiones, aún hoy, más de diez años después, son de una trágica actualidad, al igual que muchos otros de sus escritos, hasta ahora inéditos, en los que afronta el conflicto con el Islam sin medias tintas ni concesiones. He visto a musulmanas cuyas vidas valen menos que las de una vaca o un camello , escribe una jovencísima Oriana Fallaci en su primer reportaje sobre la condición de las mujeres en los países musulmanes. En el mundo existen mujeres que, aún ahora, viven tras la tupida neblina de un velo que, más que un velo, es una sábana que las cubre desde la cabeza a los pies, como si fuera un sudario " Esa sábana " tiene dos orificios a la altura de los ojos o una especie de rejilla de dos centímetros de altura y seis de ancho, y es a través de esos orificios o de esa rejilla por donde las mujeres miran el cielo y a la gente: como si miraran a través de los barrotes de una cárcel. Esta cárcel se extiende desde el océano Atlántico hasta el océano Índico, recorriendo Marruecos, Argelia, Nigeria, Libia, Egipto, Siria, Líbano, Iraq, Irán, Jordania, Arabia Saudí, Afganistán, Pakistán, Indonesia: el mundo del Islam. Y aunque todo el Islam se vea ahora sacudido por los vientos de la rebeldía y el progreso, las normas que rigen para las mujeres son las mismas e inmutables reglas que regían hace siglos . Las crónicas de Oriana Fallaci prosiguen luego por el desierto palestino donde consigue infiltrarse en las bases secretas de su guerrilla y conocer a todos los líderes de Al Fatah, a Arafat, y hasta a un secuestrador aéreo y a la terrorista responsable de haber causado una matan