Descripción de la obra
El narcotraficante gallego sabe que si la Policía pone sus ojos en él, puede darse por cazado.
Su obsesión es pasar desapercibido.
Una excepción ha sido Sito.
Siempre tuvo las ideas muy claras, pero su afán por estar en primera línea acabó matándolo; los colombianos confían ciegamente en el gallego porque saben que nunca los delatará.
Además, tienen las rías y la infraestructura para realizar el último tramo del viaje.
Ahora mismo siguen trabajando con el sistema tradicional de planeadoras, yo pienso que por la adrenalina que les produce, porque tienen métodos mejores.
Son conocidos mundialmente por eso y nos los encontramos en África y en Sudamérica al volante de las lanchas.
Mercantes, contenedores, cargueros, veleros o semisumergibles son los sistemas más utilizados para transportar cocaína a gran escala.
No dudan en hundir un submarino de dos millones de euros si ya han entregado la droga.
Desde el otro lado del Atlántico quieren inundarnos, pues existe una sobreproducción bestial en la selva colombiana.
Nunca se había visto algo así.
Parece la tormenta perfecta.
La actividad de esta gente es frenética, pero si no hay droga, no existe delito.
Esto nos plantea cada vez más dificultades, pero que nadie lo dude: al final, todos acabarán cayendo.