Descripción de la obra
La teoría cuántica es la teoría más fascinante que haya concebido la imaginación humana.
Se apoya en cuatro principios: la complementariedad (que exige incorporar la intención del investigador al experimento); la incertidumbre (que establece un límite al hecho mismo de observar); la espontaneidad (que niega que la materia sea inerte o mecánica, y la muestra activa y respirando luz); y el entrelazamiento (que obliga a reconocer que todo está relacionado con todo, como decían Parménides o Plotino).
La filosofía entra en la propia teoría y los principios de libertad y reciprocidad espantan los fantasmas cartesianos del universo máquina.
La intencionalidad del investigador se cuela en el experimento y la materia rehusa ser objetiva, reclamando su condición de sujeto.
La formulación de la teoría cuántica se debe a un conjunto de físicos geniales, capitaneados por Niels Böhr y sus dos escuderos: Heisenberg y Pauli.
Tuvo, además, dos grandes enemigos, tan geniales como los anteriores, Einstein y Schrödinger, que paradójicamente contribuyeron a establecerla.
Lo que muestra esta elegante teoría es que todo experimento acaba por convertirse en experiencia.
El universo es el conjunto de todas las experiencias.
La experiencia del materialista y la del idealista, la del creyente y el ateo, la del ave, el insecto, la planta o el mineral, son todas ellas reales.
No en función de su contenido, sino por el hecho mismo de ser experiencias.
La elección de una experiencia u otra es condicionada.
La libertad no puede entenderse sin la necesidad.
Esa es la revolución, filosófica, que plantea la nueva física.
Un desafío en toda regla a nuestro modo de entender la realidad.